El acto tuvo lugar en la capilla del Palacio de San Telmo de Sevilla, sede de la presidencia de la Junta de Andalucía.
El acto tuvo lugar en la capilla del Palacio de San Telmo de Sevilla, sede de la presidencia de la Junta de Andalucía.
La Hermandad de Mareantes del Sur, con sede en Puerto Gelves, celebró el pasado
domingo, 27 de setiembre, en la capilla del Palacio de San Telmo de Sevilla, sede de la Presidencia
de la Junta de Andalucía, su acto de homenaje a la Virgen del Buen Aire, patrona de marinos y
mareantes. Se trata de un acto de gran tradición celebrado desde 1569, que esta asociación ha
recuperado en los últimos años.
El evento contó con la asistencia de la primera autoridad de Marina
de Sevilla, el Comandante Naval Capitán de Navío, José Ramón Fernández de Mesa y Temboury, que
estuvo acompañado por su señora, además de carios miembros de la Real Liga Naval Española, de la
Cámara de Mareantes de Sevilla y numeroso público relacionado con la mar.
Abrió el homenaje el Presidente de la Hermandad organizadora, Manuel Rodríguez Roldán, dando la bienvenida a los presentes a esta emotiva conmemoración, para posteriormente dar la palabra al citado Comandante Naval, quien pronunció una breve y sentida alocución expresando su alegría por participar por vez primera en este acto. A continuación tomaron la palabra sucesivamente el representante de la Real Liga Naval Española, Sr. Lamia, y el de la Cámara de Mareantes de Sevilla, Sr. Conde, quienes hicieron suya esta celebración.
Acto seguido, el Hermano Mareante, Prada, glosó la historia de la advocación del Buen Aire, y de la capilla donde se conserva, en toda su dimensión histórica, religiosa, artística, geográfica y de protección a los mareantes. Seguidamente, el Hermano Mareante Sr. Esteban hizo la acostumbrada ofrenda a la Virgen consistente en media libra de cera, que fue depositada en el altar a los pies de la Virgen.
Girados en el altar los Mareantes hacia la Virgen y dispuestos en forma de media luna, acompañados de las autoridades que subieron, entonaron la Salve Marinera, de modo que las voces, con la buena sonoridad de la capilla, dieron dimensión espiritual al acto.
Por último, los asistentes firmaron en el Libro de Honor de la Hermandad.